jueves, 23 de octubre de 2008

Caminatas

Toda caminata comienza con un paso, al cual le agregamos otro, y luego otro, y otro, y otro. Durante los grandes viajes que emprendemos, siempre debemos comenzar a dar el primer paso, y lo demás se vuelven mucho más fáciles.
A veces nos vamos a encontrar con caminos empinados, otra veces con lodo, algunas otras con piedras que escalar, pero todo forma parte de la aventura. Incluso, a veces se nos hace mucho más largo de lo que habíamos planificado. Y tenemos ganas de regresar..
Sin embargo, al poner un poquito más de esfuerzo, comenzamos a divisar a lo lejos, la meta de nuestro viaje. Entonces, nos regresan las fuerzas al cuerpo y logramos llegar.
Una vez ahí, pensamos que en verdad, no fue tan díficil, y nos alegramos de haberlo logrado.
Y luego empredemos el viaje de retorno, que siempre, es más fácil que el de ida. Por algo será...

1 comentario:

Zamarat dijo...

Dicen que la peor parte de una caminata es a medio camino, cuando la ilusión por el viaje ha disminuido y la meta aún está lejos. Por eso hay veces que nos quedamos en el medio, parados, sin saber si es mejor regresar o seguir hacia adelante...Yo, casi siempre, elijo la 2ª opción.