lunes, 21 de noviembre de 2011

Adicciones

Analizando mi viaje, me di cuenta de cual es mi razón para viajar, era buscar algo siempre fuera de mí, buscaba la felicidad allá afuera.
El tener un trabajo que me diera dinero, no era suficiente; tener una pareja que me repita lo linda que soy y buscar la aprobación de los demás, tampoco. Es decir, buscaba que el exterior me diera la confianza y el amor que no encontraba dentro de mí.
Y si terminaba la relación o si me aburria de mi trabajo y lo dejaba, esa era la causa para deprimirme y caer en el fondo de un hoyo. Tantas veces en mi viaje repetí este esquema que me volví adicta al sufrimiento.
Si, existe la adicción al sufrimiento, el sentimiento de victimizarse y querer que los demás tengan lástima de uno. Asi uno se libera de la responsabilidad de levantarse, y deja que sean los demás los que lo ayuden. Otra vez buscando la respuesta afuera. Nunca dentro de mí.
A pesar de haber viajado por muchos lugares y creer que esta forma de vida es genial, el problema era la verdadera razón para partir: huir de mis problemas y buscar "algo" siempre afuera.
Lei una vez que todas las respuestas se encuentran dentro de nosotros. En realidad el mejor viaje que alguien podría hacer esa hacia el interior de si mismo. Si.
Estoy segura que este será el mejor viaje de mi vida. Encontrarme conmigo misma, con esa niña que se siente sola, porque nunca la acompañé, nunca me acerqué a abrazarla cuando estuvo triste, nunca la escuché cuando me decía: no lo llames o no dejes que te humille. Y claro, al ser tan indiferente con ella, dejé que se alejara, justo cuando la más la necesitaba.
La vida es un gran viaje, pero debería ser un gran viaje hacia el interior de nosotros mismos. Amarme a mi misma es la misión más importante que tengo en la vida, y quizás la más dificil. Pero no imposible...