domingo, 16 de marzo de 2014

Miradas

Mientras viajaba conocí a un viajero que al igual que yo, había salido de su hogar para "ver el mundo". Creo que todos buscamos ver el mundo con nuestros propios, no queremos que nadie nos lo cuente. Algunos tienen ese deseo dormido, y no saben lo que se pierden. En mi caso, quise ver el mundo con mi propios ojos, y me di cuenta que puedo ver mejor mientras cierro mis ojos. Una vez este viajero me dijo: "¿Quieres ver el mundo? Mira, está debajo de tus pies". Cuando dos caminos están destinados a cruzarse, nada puede impedir ese encuentro inesperado. Las sensaciones y los pensamientos se mezclan y se forma algo nuevo que no existía: la atracción. Debo confesar que no suelo sentirla a menudo. Cada uno de nosotros ocupa un espacio en el mundo, sin embargo, los encuentros no son casuales. Cuando lo conocí, venía de salir de un viaje con mucha turbulencia, que no me interrogó sobre mis viajes pasados, lo cual fue muy respetuoso de su parte. ¿Qué fue lo que más me llamó la atención de él? Su inteligencia y su mirada. Mucha gente piensa que los ojos son lindos si tienen determinado color y forma, yo pienso que no debemos fijarnos en los ojos, sino las miradas. Una vez me dijo que una mirada mía lo distrajo de lo que estaba a punto de hacer. Los ojos son nuestros instrumentos para captar cada detalle en este gran viaje y las miradas en reflejo de nuestros interior. Ojalá todos pudiéramos sentir esa sensación cada vez que miramos a algún viajero en el camino, podríamos averiguar muchas cosas solo con ver la mirada. Claro que sale mi lado celoso y terminaría diciendo algo así: "Tengo celos de solo pensar que alguien que nunca te ha visto, vea tus ojos por primera vez y se enamore de ti". Pero ese es otro tema.

No hay comentarios: